“El Valor de un Recuerdo”

Mucho se habla de lo importante que son los recuerdos, y que las fotografías son fundamentales para mantenerlos vivos.

Muchas veces se convierten en frases hechas, usadas sin saber muy bien qué significan o qué valor real tienen.

Yo voy a contaros mi experiencia personal, no la profesional. Y aunque este es un espacio dedicado a la fotografía de boda creo que es fundamental entender la importancia de las fotografías y los vídeos en nuestra vida.
Hay una frase que leí una vez y que me encantó: “ la fotografía será vuestro legado visual “ y qué razón tiene…

Nuestra vida es única, corta e intensa.

Única porque no hay dos vidas iguales, ni tan siquiera la de la persona con la que compartimos nuestra vida.

Es corta, porque aunque llegáramos a vivir 100 años, es una mota de polvo en comparación con los miles de años de existencia de la tierra. E intensa, porque pasan muchas cosas. Muchas. Muchísimas! Tantas que no somos capaces de poder retener todas, ni siquiera las más importante de una forma clara y nítida con el paso del tiempo.

El tiempo es inexorable y hace que nuestros recuerdos se difuminen en gran parte dejando en muchos casos retazos de lo que fue un recuerdo claro.

La fotografía tiene el don de congelar el tiempo para siempre en un instante preciso. Sin fisuras. Sin dudas. Sin olvidos. Tal como fue.

La fotografía es sincera y auténtica, y eso hace que el recuerdo que evoque esta fotografía se convierta en nítido. Que no haya olvidos y nuestra mente de forma automática regenere ese recuerdo ya casi olvidado y lo refresque, dejando esa sensación de volver a revivir una y otra vez esas sensaciones: las emociones, el amor, el dolor, el cariño, la alegría… y cualquier sentimiento que nos pueda despertar.

Yo era algo que he defendido con convicción siempre. He defendido que la fotografía no es el recuerdo en sí pero si es el pilar para no olvidar algo de la forma más clara posible.

El recuerdo estará dentro de nosotros y la fotografía es la llave que ayuda a acceder a esos recuerdos.

Pero nunca sabes la importancia de todo esto hasta que la necesidad de recordar es real. Cuando necesitas tener esos momentos vivos y cerca de ti. Y es en esos momentos en los que te aferraras con todo a esas fotografías.
Hoy hace un año que se fue de mi lado mi colega, Koko, mi inseparable amigo con el que he vivido más de 15 maravillosos años. 15 años donde vivimos muchísimas cosas juntas, y que es ahora cuando te das cuenta que necesitas mantener esos recuerdos vivos el resto de tu vida y no dejar que se vayan esfumando y un buen día no poder recordar con claridad. Es en ese momento en el que una fotografía o un vídeo se convierten en lo más preciado.

Todo esto me hizo pensar y valorar de una forma mucho más intensa la fotografía. La importancia de parar un momento importante en la vida y dejar constancia de ello para que ese momento pase de algo fugaz que sucede en un instante a convertirlo en algo eterno.

No se trata de tener solo unas fotos bonitas de vuestra boda, se trata de poder conservar los recuerdos de ese día y disfrutar de ellos el resto de vuestra vida. Capturar los momentos y hacer de un gesto cotidiano o algo habitual en algo que nos transmita y nos emocione.

“En memoria de mi colega, Koko”

Mucho se habla de lo importante que son los recuerdos, y que las fotografías son fundamentales para mantenerlos vivos.

Muchas veces se convierten en frases hechas, usadas sin saber muy bien qué significan o qué valor real tienen.

Yo voy a contaros mi experiencia personal, no la profesional. Y aunque este es un espacio dedicado a la fotografía de boda creo que es fundamental entender la importancia de las fotografías y los vídeos en nuestra vida.
Hay una frase que leí una vez y que me encantó: “ la fotografía será vuestro legado visual “ y qué razón tiene…

Nuestra vida es única, corta e intensa.

Única porque no hay dos vidas iguales, ni tan siquiera la de la persona con la que compartimos nuestra vida.

Es corta, porque aunque llegáramos a vivir 100 años, es una mota de polvo en comparación con los miles de años de existencia de la tierra. E intensa, porque pasan muchas cosas. Muchas. Muchísimas! Tantas que no somos capaces de poder retener todas, ni siquiera las más importante de una forma clara y nítida con el paso del tiempo.

El tiempo es inexorable y hace que nuestros recuerdos se difuminen en gran parte dejando en muchos casos retazos de lo que fue un recuerdo claro.

La fotografía tiene el don de congelar el tiempo para siempre en un instante preciso. Sin fisuras. Sin dudas. Sin olvidos. Tal como fue.

La fotografía es sincera y auténtica, y eso hace que el recuerdo que evoque esta fotografía se convierta en nítido. Que no haya olvidos y nuestra mente de forma automática regenere ese recuerdo ya casi olvidado y lo refresque, dejando esa sensación de volver a revivir una y otra vez esas sensaciones: las emociones, el amor, el dolor, el cariño, la alegría… y cualquier sentimiento que nos pueda despertar.

Yo era algo que he defendido con convicción siempre. He defendido que la fotografía no es el recuerdo en sí pero si es el pilar para no olvidar algo de la forma más clara posible.

El recuerdo estará dentro de nosotros y la fotografía es la llave que ayuda a acceder a esos recuerdos.

Pero nunca sabes la importancia de todo esto hasta que la necesidad de recordar es real. Cuando necesitas tener esos momentos vivos y cerca de ti. Y es en esos momentos en los que te aferraras con todo a esas fotografías.
Hoy hace un año que se fue de mi lado mi colega, Koko, mi inseparable amigo con el que he vivido más de 15 maravillosos años. 15 años donde vivimos muchísimas cosas juntas, y que es ahora cuando te das cuenta que necesitas mantener esos recuerdos vivos el resto de tu vida y no dejar que se vayan esfumando y un buen día no poder recordar con claridad. Es en ese momento en el que una fotografía o un vídeo se convierten en lo más preciado.

Todo esto me hizo pensar y valorar de una forma mucho más intensa la fotografía. La importancia de parar un momento importante en la vida y dejar constancia de ello para que ese momento pase de algo fugaz que sucede en un instante a convertirlo en algo eterno.

No se trata de tener solo unas fotos bonitas de vuestra boda, se trata de poder conservar los recuerdos de ese día y disfrutar de ellos el resto de vuestra vida. Capturar los momentos y hacer de un gesto cotidiano o algo habitual en algo que nos transmita y nos emocione.

“En memoria de mi colega, Koko”